Elegir la instalación de ventanas de aluminio es la opción mas ventajosa en la mayoría de los casos. Su fácil limpieza se convierte en una de las claves para esta elección, además de que no requieren casi mantenimiento. De esta manera, es muy recomendable para aquellas personas que no quieren preocuparse por el constante mantenimiento de sus cierres de puertas y ventanas.
Debemos tener en cuenta que a diferencia de las ventanas de madera, que necesitan ser barnizadas y que debido a la humedad y los cambios bruscos de temperatura deberán sustituirse con el paso del tiempo, las ventanas correderas de aluminio no precisan de casi mantenimiento y son mucho más ligeras y duraderas.
La facilidad con que este tipo de ventanas se ajustan al hueco a cubrir es muy convincente para su elección ya que sea cual sea la medida, la forma o el número de hojas, siempre nos ajustaremos a ello con una óptimo resultado.
El ahorro de espacio es una de las principales ventajas de las ventanas correderas de aluminio. Una vez instaladas no habrá que desplazar objetos para su apertura, nada estorbará a su apertura y nuestro tránsito por puertas o uso de ventanas será libre y sencillo. Una vez abierta además no ocupará espacio por lo que su operatividad está garantizada. Añadamos a ello la seguridad que ofrecen al usuario, ya que al no ser de hoja no suponen un peligro punzante con el que poder tener un problema. Esto es especialmente valorable en personas mayores o niños. Esa seguridad también está garantizada de cara al exterior, con cerraduras especiales de toda confianza.
Por último debemos sumar otras ventajas como la eficiencia energética, con una perfecta solución para la rotura del puente térmico. Esto permite un mayor aislamiento y ahorro de energía gracias a su cristal doble y a que el aluminio de la parte interior de la ventana no entra en contacto con el aluminio de la parte exterior, evitando la transmisión de frío o calor.
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